Francisco Ponce Carrasco

Día de los enamorados valencianos.

Nueve de octubre día del Reino de Valencia (España), en el que se programan infinidad de actos oficiales, institucionales y culturales para conmemorar nuestras raíces y señas de identidad, que son muchas y de antiquísima historia. Todo el pueblo sin distinción de credos o clases, hace suya esta fecha que disfruta con intensa emoción. No puede escapar que también es el día de los enamorados para los valencianos que en ‘Sant Donís’ tiene su celebración.

El 9 de octubre de 1238 Jaime I entró en la ciudad de Valencia y tanto él como su corte fue agasajada con las frutas y verduras que provenían de las huertas. En el siglo XV este acontecimiento se populariza y se añade a los actos oficiales elementos lúdicos, entre los que se encuentra la quema de pólvora en los llamados por aquel entones ‘La piuleta’ y ‘El tronaor’. De ahí el origen de estos nombres en tan enraizada tradición.

En su momento el gremio artesano de pasteleros, tomó la acertada decisión de celebrar la conquista rememorando estos matices, así nació la ‘mocaora’.

La festividad del día es ‘Sant Donis’ que fue proclamado como patrón de la concordia y del amor. En nuestra tierra se adoptó esta forma de expresión particular para mostrar nuestro amor a la mujer amada y en Valencia los hombres regalan estas piezas de pirotecnia junto a pequeñas frutas y verduras todo confeccionado con el más delicioso mazapán colocado sobre bandeja de cartón y blonda de papel, dentro de un pañuelo ‘fardero’ anudado en forma de atillo.

Recuerdo acompañar a mi padre cuando yo era adolescente a ‘La Rosa de Jericó’, entonces en la calle de la Paz, pastelería emblemática y tradicional que por estas fechas despacha cantidad y calidad de sus productos. De igual forma sucede en todo el gremio de pasteleros que con idéntico cariño cuidan la conmemoración.

La costumbre se arraiga cada vez más. En eso consisten las tradiciones, hacer cada año lo mismo que siempre se ha venido haciendo para luego legarlo al relevo de generaciones, poniendo siempre el alma y el corazón en el recuerdo de tiempos pasados y toda la energía para el futuro.

Siempre ‘les creïlles’ son las mas ambicionadas por los niños por su canela rebozada y los piñones incrustados, la perfección con que están moldeadas ‘les panotxes’, ‘les carxofes’, ‘les faves’, ‘les pomes’, entre otras muchas no solo son una delicia para el paladar también un regalo para la vista y un ejercicio de paciencia hasta la hora del postre, para degustarlo.

Hoy día continúo y con mis nietos espero paciente. Problema de azúcar no tengo pero si de glotonería, si no me parasen… ¡solito! me acababa tan suculentos dulces.