El festín de queso – Cuento infantil

11 diciembre 2009 por Francisco Ponce en Cuentos infantiles, Todos los artículos

Sonaba con insistencia, la campanilla avisadora, en la madriguera del ratoncito Pérez-oso indicando que debía salir raudo a entregar un regalo a un niño, que habiéndosele caído un diente lo colocó bajo la almohada en espera de que se cumpliera  esta tradición.

Raton Pérez-oso, dibujo acuarela de Paco Ponce

Ratón Pérez-oso, dibujo acuarela de Paco Ponce

El ratoncito Pérez-oso, no hacía caso y glotón se relamía los bigotes, impaciente, ante un trozo de buen queso. Un gran festín para el solo se disponía a darse. Tanto insistía la campanilla que malhumorado y receloso fue a realizar su cometido y al niño le entregó su regalo, regresó a toda prisa y con mucha preocupación.

Por el camino no cesaba de atormentarse pensando que otros ratones su queso se habrían comido, a toda velocidad pasó junto a un anciano que dudaba y no se atrevía a cruzar la calle y Pérez-oso no le hizo caso, más adelante una señora, cargada de paquetes, casi no podía caminar, la miró, pero con su prisa tampoco le ayudó, pasó junto a una niña que lloraba porque se le había caído su muñeca a un gran charco, la ignoró y Pérez-oso raudo se marchó.

Cuando sudoroso alcanzó su casa, con los ojos desorbitados, temió lo peor al ver muchas de sus amigas las ratitas y amigos los ratoncitos agolpados en la puerta. Respiró al ver que su trozo de delicioso queso estaba intacto, tal y como él lo dejó.

A empujones los apartó, egoísta y decidido se dispuso a comer, los otros ratones le miraron en silencio.

El ratoncito Pérez-oso les preguntó:

-¿Porqué no os comisteis mi queso? Y todos a una voz le contestaron.

– El queso es tuyo y no nuestro, y se tiene que respetar lo que es de los demás.

Ratones en el festín, dibujo acuarela de Paco Ponce

Ratones en el festín, dibujo acuarela de Paco Ponce

El ratoncito, comprendió la lección y cortés les invitó a participar en la comilona que el resto de ratones le agradeció.

El ratoncito Pérez-oso viéndolos tan contentos se sintió muy satisfecho y aprendió tres cosas:

La felicidad que produce el compartir, que hay que ser diligente con las tareas que se tienen que hacer y que ni un buen queso se debe interponer.