Vidas con las manos enlazadas – «El Ventanuco»

18 mayo 2014 por Francisco Ponce en El Ventanuco, Recordando, Todos los artículos

El Ventanuco de Ponce

Formando una hermosa imagen de amor filial, manos de madre y de niño, protectoras unas, en demanda de refugio otras.

Palmera de manos

Cariño de madre, dedicación y abnegación por sus hijos, no es que el padre no los quiera pues lo normal es que su cariño sea análogo; ¡pero suele ser otra cosa! Casi siempre preocupado en conseguir el bienestar de su familia y jerarquía en su puesto de trabajo, su esfuerzo esta dirigido con empeño a su profesión.

Pasará un tiempo las manos de aquel niño se harán grandes y robustas se enlazaran con otras manos de una joven mujer y volaran independientes.

Manos de mayores

Será entonces cuando las de la madre y el padre evocaran tiempos pasados, volverán a unirse en otra palmera, con las estrías mas acusadas, gastada su palma y su torso por el esfuerzo y cariño entregado, exentas de inquietudes y egoísmos, más serenas, quizás algo temblorosas, pero desprendidas de prisas, tenaces y decididas a recorrer con ilusiones renovadas su última ‘juventud’. Radiantes de haber tratado, siempre, de cumplir con entereza el complejo caminar de la vida.

Serán manos gastadas, pero fuertemente unidas para atravesar la senda postrera.