Francisco Ponce Carrasco

La soberbia de bellas alas – “El Ventanuco”

Oculto entre el ramaje esmeralda que le sirve de cobijo, se mece un amarillo capullo de finas paredes. Dentro se contorsiona y forcejea por nacer a la vida una colorista mariposa, por fin muestra sus pequeñas antenas, saca la cabeza, el cuerpo y despliega con desmedida vanidad, sus hermosas y atractivas alas.

Vuela, y con perfidia presume de su hermosura. Se burla con desdén de las flores, que en la cálida estación, exhiben sus tonalidades variopintas  compitiendo con ella.

Engreída; desprecia a escarabajos, lagartijas y lombrices que por la tierra se arrastran, mariposa coqueta describe en el aire mil atolondradas piruetas, buscando que la admiren.

Unas veces sigue el impulso del viento, otras, arrogante, lo desafía y se eleva en alturas inexploradas, de repente tropieza con una red de finos y trasparentes hilos donde queda trabada.

Hoy con sus alas extendidas, sujetas con alfileres, permanece sin vida en la vitrina de un coleccionista.

Francisco de Quevedo dice: ‘La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió’.