Francisco Ponce Carrasco

La poesía de Jorge Cartier cobra vida – El Ventanuco

“Historias de la vida… en poesía”, así titula el autor esta puesta en escena de una trabajada y acertada obra <<teatral–poética-musical>>, repleta de dinamismo y urdida con sapiencia en una innovadora y eficiente hechura

Este sábado 13 de abril, en el salón-teatro del “Ateneo Mercantil de Valencia” asistimos a un libro imaginario de cuidada poesía, escrito por Jorge Miguel Cartier Sánchez, sin hojas ni tapas, hecho viviente en las persona de su autor y un elenco compuesto por: Juan Carlos García (violín), Maria Luisa Gascó (piano), José Santos “El Minero” (Guitarra) y la bailaora Marieta Romero, donde lo que se pretendía comunicar figuraba en la esencia de la narración con imagen y música. Ejerció de Directora y regidora, María Sancho Gimeno.

Jorge Cartier, tenía medido cada paso en las diferentes escenas en que había dividido la obra y transitaba por el escenario, con ligereza y diligencia, se denotaba la preocupación por el espectador, con la minuciosa preparación y ensayos a que había sometido la puesta en escena, por lo que el éxito no podía escaparse y se hizo presente.

Un silencio omnímodo reinó durante la hora y media del evento, se captaba el interés y sorprendía el repaso a los acontecimientos, figuras, personajes y objetos, que se glosaban con perfectos y variados poemas.

De esta guisa se fueron desgranando los enunciados del programa: Te quiero, Amor oculto, Un amor entre espinas, Love story, El padre de la novia, Los abuelos, La vejez, Alzheimer, La muerte de un valiente, La batalla de Verdún, Hiroshima, Una voz del más allá, Una Promesa, La casita del lago, Amor bajo un paraguas, Glosa a la “Canción del Pirata”, La música, Un artista eterno Luis E. Aute, Un genio Carlos Goñi, Un ídolo Pablo Alborán, A la guitarra española, Camarón y Paco de Lucia, Patio de los Arrayanes, Un subalterno de plata y oro.

En el espacio para la guitarra española, pudimos deleitarnos con la interpretación de la bailaora, que puso alegría y colorido a la exaltación de la misma.

Se finalizó con un soliloquio titulado “El poeta” por el autor, entrando desde el patio de butacas y el pasillo para finalizar en el escenario.

Todos los actuantes recibieron con el saludo final, una cerrada ovación del mucho público que llenó la sala.