Valéncia hui, diario de amplia difusión en la Comunidad Valenciana,
publica el día 19-05-08 el presente artículo del escritor:
Francisco Ponce Carrasco,
en su sección ‘El Ventanuco’.
Hoy mi propuesta es que hablemos de perros. Después de todo, no será tiempo perdido el que dediquemos a este animal, ‘fiel amigo del hombre’, si bien en ocasiones se le paga su lealtad con la más negra de las ingratitudes. Al fin y al cabo da igual ocuparse de ciertos humanos y sus actos para con los animales, que de los perros y sus perrerías.
En las últimas décadas (quizá para compensar soledades) ha crecido la afición por tener estos animales domésticos que sirven de entretenimiento a sus dueños y de juego a los niños, siendo también de provecho para custodiar almacenes y casas de campo entre otras.
Sin embargo disfrutar de la compañía de un perro no es solo sonreír las travesuras cuando este es cachorro, el animal se hará grande, se le debe cuidar con todos los requisitos en materia de ordenanza municipal, sobre protección y tenencia de los mismos.
Cuando se le baje a la calle, será atado y su propietario provisto de bolsas de plástico u otros medios para recoger sus excrementos, esto último, a mi juicio, se incumple con demasiada frecuencia, basta con ver como están algunas aceras de nuestra ciudad. Tampoco es de recibo bajarlo al garaje comunitario, para estos menesteres, por comodidad de su dueño.
Las estadísticas señalan aumentos de abandonos en verano. Se estudia implantar que la pena por ello, sea igual a la del maltrato. Si acude a su mente la pérfida intención de hacerlo, su conciencia se lo reprobara el resto de sus días. En el caso extremo de que una situación personal desfavorable, le obligue a separarse de su perro, consulte con la asociación protectora de animales. ¡Piénselo!