Valéncia hui, diario de Valencia y provincia ,
publica el lunes 9 de junio, 2008 el siguiente artículo del escritor:
Francisco Ponce Carrasco.
Tengo la rareza de leer periódicos antiguos. Revisión de marchitas noticias que siempre consiguen hacerme revivir la carga de expectativas e incertidumbres asociadas con acontecimientos ya pretéritos. Más que un aficionado a la investigación de hemeroteca, me siento como una persona cuya objetividad es invadida por una aterradora perplejidad ante ciertos hechos.
Esta manía me sirve para desvelar la falsedad existente en la clase política en general y autonómica en particular que diariamente llena con sus declaraciones las ediciones de tantas publicaciones periodísticas. Son aquellos que suman sus voces al coro de una valenciania, dentro de la más pura conveniencia y que al confrontar sus múltiples manifestaciones pasadas y presentes, estas aparecen llenas de claras contradicciones entre si y más todavía con los hechos. Su proclamado amor por la defensa de los intereses de la comunidad, señas de identidad y apoyo a lo valenciano se diluye. En demasiadas ocasiones para salvar la piel dicen lo que conviene en el momento, así con esa ambigüedad de caminar entre ‘Dios y el Diablo’ siempre pueden intentar alegar una defensa. No cabe duda de que hay políticos que menosprecian la memoria de sus votantes.
Las instituciones giran como una veleta en el sentido del viento más favorable y otorgan a su capricho el reparto de héroes y villanos. Descansen, pues, para siempre, en la eterna quietud de un viejo baúl, promesas olvidadas. ¡Que no se atreva nadie a revisar líneas tan heréticas!
Así las cosas estoy seguro que algunos políticos quisieran borrar pasadas actuaciones que hoy solo pueden justificar poniendo cara de “yo no he sido”.
Ya lo dijo el poeta malagueño Manuel Alcántara: “Lo curioso no es cómo se escribe la historia, sino cómo se borra”