Francisco Ponce Carrasco

Marichu Fernández – México (X)

Como un ‘dardo certero‘, Marichu, nos lanza en este relato a modo de exhortación colectiva llamando a las conciencias bien nacidas, hacia la conservación de la naturaleza y no solo lo hace con sutileza, sino que ademas lo enfoca a los niños herederos directos del futuro de la misma. Leer a esta escritora es siempre un placer. En esta ocasión nos aproxima a sus recuerdos de impúber, momentos de felicidad en los muchos juegos para los pequeños, y un claro mensaje para animarnos a luchar por el medio ambiente.

Marichu deja también su nota romántica, que la distingue en el fondo de todos sus cuentos, cuando sutil, nos narra los tatuajes de amor que en el roble existen y que el árbol conserva, luce y presume. Solo para el amor esta permitido arañar suavemente a la naturaleza. ¿Habrá dejado ella en su juventud, alguno de estos mensajes? No se lo vamos a preguntar, pues no estaría bien, pero atisbo ¡Que sí!

NOTA: Pinchar sobre la margarita para acceder al cuento en ‘pdf ‘ -gracias-.