Francisco Ponce Carrasco

Noche de vino y rosas – El Ventanuco

<<copichuelas>>

Sí ya sé que el título de la película no es así, pero para mí las noches son ‘las noches’ y además queda mejor en esta historia

Mientras le miro audaz a los ojos le sirvo vino de excelente cosecha, que discurre liviano y envolvente a la vez.

Ella me devuelve la mirada entre distraída y ñoña, como ignorando mis claras intenciones, que no son otras que ver si con el vino se le fortalece el ánimo y desfallece su aparente indiferencia. El dios ‘Baco’ es el encargado de excitarla para que abra las puertas al deseo.

Ambos lo sabemos y ambos lo escondemos

Luego, cogidos por la cintura, marchamos a un ‘Púb’ para seguir con las <<copichuelas>> de rigor, dándole un poco de tiempo a la cosa, por el camino le susurro dulce al oído, requiebros y propuestas de amor y sexo secreto.

En medio de aquel ambiente de música romántica y baladas que cantan al pasado y al futuro yo estoy en lo que estoy,  mí presente,  en aquella noche de vino y…

Se acerca sigiloso un vendedor de rosas, que poniendo ojos desmayados y astutos a la vez me dice: “Una flor para la señorita”… ¿Uno que tiene que hacer?

Comprar tres y entregárselas con un gesto de amor jovial, pensando en que todo contribuye.

El vendedor exclama sonriendo…¡Suerte amigo!,  mientras se mete los euros en el bolsillo con el semblante feliz de quien ha hecho negocio.

Primero el vino, ahora las rosas, todo marcha por buen camino…