Creo que en estos momentos estamos siendo manipulados desde todos los frentes: financieros, políticos, sanitarios, de educación, creencias y valores
Todos nos arrimamos hacia nuestros intereses de la forma más descarada y falta de una mínima reflexión, lo hacemos influenciados por el puro egoísmo sin “pensar en los demás”, con lo que corremos el peligro de convertirnos en un ‘jauría’ de lobos de fácil dentellada y gran voracidad.
Miremos en nuestra actitud diaria y veremos cómo adoptamos una tendencia a alimentar el fuego de la desunión de la crítica interesada, facilona y de moda.
¡Pues mira por donde yo no estoy de acuerdo!
Me reconozco como uno más, pero no me hace feliz y me doy cuenta de que ciertas personas que conozco se han convertido en puros carniceros de la vida, arremetiendo contra todo lo que se mueve.
Por eso quisiera recapacitar y que cada cual realizara consigo mismo un ejercicio de reflexión desde la honradez y desde la convivencia, sin jugar a “tonto el último” y en este ejercicio fuéramos capaces de ser humildes, solidarios, pacientes y comprensivos con la realidad que nos está tocando vivir, sin abandonar por ello nuestra contribución realista hacia posibles soluciones de futuro.
Se actúa con ira y nos dejamos influenciar con facilidad, nuestra vida, tanto de ciudadanos como de personas, acabará siendo un sufrimiento irreversible y habremos perdido la oportunidad de hacer buena la máxima:
¡Piensa en los demás!