Vivimos una época en que el arte tiene muchos <<practicantes>> en sus diferentes disciplinas, pero pocos son los que viven de él, a esta tendencia no escapa el teatro
La farándula en su más amplio aspecto, tiene desde el año 1961 gracias al Instituto Internacional del Teatro (ITI), organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, una celebración anual como reconocimiento al innegable arte de todos los que componen la gran familia de la escena, desde las primeras figuras consagradas a los actores secundarios, o meros principiantes y aficionados.
Ser actor es toda una filosofía de vida que exige talento, sacrificio y gran habilidad para introducirse en la epidermis de mil y un personajes de ficción, que el comediante hará propio en escena, formulándolo creíble, convincente y del interés para el público asistente.
(Foto de Archivo: «Esperando una Maravilla»)
Esta es una de las grandes profesiones artísticas que se suele llevar en la sangre por plaquetas o por genes hereditarios, pues forma parte intrínseca del individuo más allá de lo material (dinero), puesto que me precio de conocer a bastantes actores que sí solo fuese por una cuestión crematística no seguirían en activo y mucho menos se divertirían con lo que hacen, principal objetivo de un artista.
Federico García Lorca, insigne hombre de letras dijo: <<El Teatro es poesía que sale del libro para hacerse humana>>.