Francisco Ponce Carrasco

Una Falla para sonreír – 5º premio especial 2009

Determinar los premios es una tarea difícil para los responsables del jurado calificador, máxime en los niveles cercanos a lo perfecto que en la actualidad se mueven las fallas en general y las de sección especial en particular. Por mí parte siento predilección por las fallas con ironía, con fino humor, un tanto agresivo que no lacerante.

A la falla objeto de esta sucinta reseña le han concedido el quinto premio de la sección especial y corresponde a la demarcación: Almirante Cadarso-Conde Altea.

Pretendo desmenuzar algunas de las muchas escenas que contienen esta cualidad tan fallera ‘la sátira’.

El remate que corona el monumento fallero, de una elevada altura, ampara rostros famosos que están digamos ‘como flotando en el espacio’ y forman un artístico conjunto.

Tanto de la parte más alta como de las escenas que mostramos a continuación, no entraremos a reseñar los nombres de sus protagonistas, dejando al observador inteligente que reconozca – no con mucha dificultad –  a los protagonistas de la misma.

Figuras (Ninots) que representan personajes de la política son con frecuencia ‘plantados en la falla’, señalando cierto fisgoneos al respecto de su cargo y actuación.

Como dice un buen amigo mío ¡Aquí no se salva nadie! Y desde luego comprueben ustedes amigos lectores,  lo atinado de este aserto.

Las crónicas sociales y del corazón también ocupan buena parte de las escenas, de forma especial cuando tienen ¡Tela que cortar!

De nuevo se entra en la política de otro signo – todos tienen su espacio – y a todos les toca aguantar la crítica.

Otro tema de la actualidad representa esta atractiva y punzante escena que nos traslada a decisiones un tanto chocantes.

El deporte no escapa en ninguna de sus disciplinas pero el ‘Rey Fútbol’ acapara la mayor atención.

Reconozco haber dicho al principio, que no entraría en citar nombres, pero la tentación fue mucha cuando encontré estos dos buenos futbolistas con las maletas ‘hechas’ en actitud de inminente viaje, con rapidez me adentré a tratar de persuadirlos para que no se marchen del Valencia C.F.

Creo que a Villa casi lo tengo convencido o al menos resignado pero Silva me parece por su gesto que dista mucho para que acepte mi solicitud, pues ya se sabe el dinero ‘poderoso caballero’ mueve voluntades con frecuencia quebradizas.