Las guerras de cifras serán desde ya, motivo de controversia entre las partes que promueven la huelga general y las que no, sumando las del propio gobierno, autonomías y entidades interesadas de uno y otro signo.
La huelga es un derecho y como tal inalienable. NO quiero entrar en la oportunidad del momento en secundarla o no, pienso que de poco o nada servirá, pero tampoco puedes quedarte callado y quieto, por aquello de que quien ‘calla’ otorga, y ciertamente existe mucho disconforme con las medidas y los sufrimientos que los más desfavorecidos están padeciendo.
Sin embargo daré mi opinión en cuanto a los piquetes mal llamados ‘informativos’, ya que para mí son ‘coactivos’ y sobre todo a esa serie de personajes antisistema, inadaptados, que ni están ni estarán nunca conformes con nada, pues en sus hormonas se genera una necesidad de destruir, quemar y agredir a todo lo que encuentran a su paso, de esta suerte aprovechan circunstancias como las de una huelga, para satisfacer sus bajos instintos. Pienso que los propios sindicatos están en contra de estas actuaciones que prostituyen las razones que animan a la mayoría de los participantes de buena voluntad, o no, ya que al parecer cuanto más alboroto se genera más grande se entiende que ha sido el número de los que la secundaron y el éxito de la convocatoria.
En fin, que la suerte esté con todos nosotros y pronto se acaben estas disyuntivas y sobre todo las lacras que se fueron engendrando con el tiempo y que ahora se pretenden arreglar o depurar, por necesidad. Solo temo que la memoria humana es corta, y de alguna manera, quizá trasmutado en un futuro no lejano, las ignominias se vuelvan a cobrar victimas.
Pero bueno lo primero es lo primero y ahora pensemos en el presente.
Imagen fotográfica de: José Luis Vila Castañer