Si eres poseedor de tan bello talismán lo lógico es regalársela a la persona amada, quien solicíta la colocará en un vaso o recipiente con agua, tu caminas detrás y le pones una ‘aspirina’ dentro del agua para el ‘dolor de cabeza’, no de la rosa, de la señora.
A partir de aquí te quedan muchas cosas que hacer y disfrutar pero mientras tanto puedes recrearte en buscar encajes fotográficos que levanten el ánimo y estimulen tus neuronas creativas.
Viéndome en caso tal, me dispuse a ‘encajar’ la rosa, rosa, en entornos que ahora les muestro para que la belleza de esta flor permanezca perpetuada en imágenes, dotada de hermosura y perfumada.
Les confieso que la aspirina funcionó y no apareció la tan temida ‘jaqueca’… o el prodigio se debió a la rosa, rosa… ¿Quien sabe?.