Esta bonita localidad de la provincia de Teruel, por donde discurre escaso de caudal el Jiloca, tiene una característica bastante acusada y es sus frecuentes días de viento, que le da una particularidad especial a su cielo, cambiante por este fenómeno.
En un corto espacio de tiempo podemos ver diferentes aspectos de su bóveda celeste sobre un mismo plano de paisaje: límpido, nuboso, taponado y de nuevo nublado.
El azul del cielo es intenso y el blanco de las nubes muy fijado. Cielos de Santa Eulalia ¡Qué cielos!