¿Quien no recibe llamadas telefónicas de la empresa ‘tal’ para hacerte una determinada encuesta?… ¿verdad que si?
Esta encuesta puede ser real y sincera, pero por lo común encierran el oculto interés de venderte algo, que al final aflora.
Cierta o con truco, he descubierto que para deshacerte rápidamente de ellas, en horas inoportunas o de molesta reincidencia, la frase mágica que les hace desistir es: «Tengo setenta y muchos años»,
Ya lo saben la edad asusta y es posible que entiendan que con esos años, no se dispone de recursos para la ulterior compra o vete a saber que instrucciones les dan los <<gurús del marketing negro>>, sobre el perfil del encuestado.
Solución ¡Soy mayor! (lo seas o no).
Gracias y perdone…no te dan tiempo ni a colgar el aparato, lo hacen ellos con inusitada rapidez.
¡Moscón del que te libras!