Verán, es la primera vez que me sucede y todavía conservo cierto ‘nerviosismo’ al recordarlo. Jesús Duque, un significado novillero de la parte alta del escalafón, que el 9 de octubre 2013 (Día de la Comunidad Valenciana) tiene anunciada su “Alternativa” en la Plaza de Toros de Valencia, recorrió derecho el ruedo, pisando fuerte el albero y cuando llegó a mi altura dijo:
“Don Francisco, quiero brindarle este toro como testimonio de amistad, una amistad nacida no hace mucho pero que para mí es importante…” bueno dijo más cosas, pero ya casi no las escuche por la sorpresa y la emoción.
Una mezcla de satisfacción, temor por su integridad, admiración por su sereno arte torero y especialmente la sensación de ser importante en aquella tarde de toros en Santa Eulalia del Campo, me invadió mientras sujetaba la ‘montera’ que de espaldas me había lanzado al más puro estilo y que recogí entre mis manos augurio de un final feliz (le cortó las dos orejas al astado).
Cuando vino a recoger la ‘montera’ se la di y le dije:
“Felicidades Jesús, eres un gran torero y una gran persona, no cambies nunca incluso cuando los triunfos te adornen en tu prometedor futuro”.
De verdad estaba contento, pero sobre todo lo estaba por que había salido indemne de su cita con las astas del cornúpeta de cerca de 500 kilos.
Mi amistad y mi admiración, amigo Jesús Duque.