Para finalizar esta trilogía entraremos en el momento dulce del ‘Después’, cuando el atardecer languidece y perezoso envuelve, edificios y personas.

El atardecer
El suelo del paseo de la ‘Albereda’, lleno de flores, hace de mullida alfombra a los acontecimientos vividos y deja huella explicíta de la “Batalla de las Flores” que un año más congrega a propios y foráneos en tan fantástico evento.
Alfombra de flores
El centenario acto que en la presente edición evoca la Exposición Regional de 1909 a través del atuendo y el atrenzo de los figurantes de las carrozas, que es de época, nos muestra a dos guapas señoras luciendo pretéritas galas y actual sonrisa.
Guapas señoras
Otra imagen que parece sacada del ‘blanco y negro’ y convertida en color, muestra los bonitos atuendos de ‘época’ con sombrilla y complementos que en el marco de la ‘Albereda’ fácilmente nos retrotrae a tiempos de nuestro pasado mas cercano.
Atuendos de ‘época’
Todavía queda tiempo para degustar las ‘panojas asadas’, el mucho público lo hace con deleite, paladar y tradición se engarzan entre sí, la sonrisa aflora, la tarde de intensas emociones toca a su fin.
entregados a las ‘panojas'
Los participantes siguen junto a sus carrozas, todavía inmersos en ese magnetismo de la “Batalla de Flores”, contentos por su final feliz y porque en ese instante, que en breve seguirá al capricho polícromo de los fuegos artificiales, comenzará un nuevo ciclo de doce meses para volver a encontrarse con el acontecimiento.
Fuegos artificiales en Valencia
El remate del castillo de fuegos artificiales pondrá color y magia en la noche valenciana, noche de julio vecina ya de agosto, tras la batalla –no cruenta– de la fiesta de: “Un millón de flores”.