El casco del crucero Costa Concordia ha quedado reflotado pasadas las cuatro de esta madrugada y las operaciones de rotación del buque han terminado con éxito, ha anunciado el jefe de Protección Civil, Franco Gabrielli, citado por la Rai.
El crucero encalló frente a la isla del Giglio (Italia) el 13 de enero de 2012, en el que murieron 32 personas, tras una maniobra realizada por el capitán para acercase a la costa, que se conoce como ‘saludo’.
Han pasado 21 meses y ahora lo pudieron reflotar. La pregunta es: ¿Podrán ‘reflotar’ (reparar) el daño a las familias y a los propios fallecidos? Cuando se explicaron los motivos daba ‘asco’ conocer como la prepotencia y el ‘ego’ de su capitán había inducido a una tragedia irreparable.
En julio pasado se celebró el proceso contra el capitán Francesco Schettino y fue juzgado como principal responsable del naufragio. Fue acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y de no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión, con estos cargos bien se podría pensar en una ejemplar condena.
El director de las operaciones de rotación del crucero, Nick Sloane, ingeniero sudafricano de 52 años, ha explicado que: «Si se piensa en todo aquello que había en este proyecto, entre electrónica y acero, llegas a la conclusión de que pocos países del mundo hubieran podido conjuntar en tan poco tiempo una operación tan vasta».
En su entrevista siguió informando: «Hay muchos daños en el barco y habrá que hacer comprobaciones», ha añadido, «pero me siento aliviado, un poco cansado y con la intención de tomar una cerveza y marcharme a dormir».
El éxito de esta operación no puede hacer olvidar la tragedia y la vergüenza de este suceso.