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Las bicicletas particulares son muchas y el servicio de Valenbisi, junto al buen clima del que goza nuestra ciudad casi todo el año, contribuye a su utilización. Igualmente es reseñable la apuesta masiva de los jóvenes, quizá también, por qué no referirlo, por la precariedad económica.
Esperemos que el Ayuntamiento no vea una gallina de los huevos de oro con Valenbisi y ajuste en los precios para cubrir solo gastos, manteniendo criterios de ecologismo, ahorro y servicio, sin entrar en la tentación del beneficio con el abuso a la hora de cobrar su utilización.
Otra asignatura pendiente es extender más sus carriles, y hacerlo con trazados que cuiden al máximo la seguridad para ciclistas y peatones.
Qué usted lo circule bien.