No he tenido más solución que comprarme un libro de ‘claves’, para poder descifrar los mensajes, que mis hijas me mandan por el móvil.
Recuerdo, cuando de pequeña, las muchas ocasiones en que he repetido: “Escribiré sin faltas de ortografía”, en el encerado de la clase. De nada me valen mis sobresalientes posteriores en gramática, ya de mayor. Ni las muchas horas invertidas para que mis hijas, aprendieran a escribir correctamente.
Ahora ‘Wapo’ (guapo) toca destrozar el idioma en favor de no se que luminaria modernista, que clama por la síntesis de frases y letras en la escritura. ¡Que despropósito!