¿Hemos avanzado? Puede que en difusión institucional sí, en la práctica tengo serias dudas.
Fue en 1954, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó en su resolución 836 (IX), que a partir de 1956, se instituyera en todos los países un Día Universal de los Niños y las Niñas. También se sugirió a los gobiernos que celebraran el «Día» en la fecha y forma que cada uno de ellos estimase conveniente.
En este contexto, en septiembre de año 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales elaboraron los ocho objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), que abarcan desde la reducción a la mitad de la pobreza extrema hasta la detención de la propagación del VIH/SIDA y la consecución de la enseñanza primaria universal para el año 2015. Aunque los objetivos del Milenio están dirigidos a toda la humanidad, se refieren principalmente a la infancia y en UNICEF los hacen suyos.
Los millones de niños afectados por el tifón Haiyan en Filipinas, por el conflicto en Siria, las guerras en África y la pobreza en otras partes del mundo, nos recuerdan a diario lo vulnerable que es la infancia ante los desastres naturales y las atrocidades provocadas por los adultos.
Entre otros muchos países España, fija el 20 de noviembre para conmemorar el Día de los Niños y la Niñas. Esperemos que muchas personas intenten aprovechar esta fecha para ayudar a que la población infantil esté protegida al máximo. Otros, como siempre, se limitarán a volver la cara sin querer ver.
Durante este mismo año 2013, en la ceremonia de firma y depósito de instrumentos de ratificación o adhesión relacionados con tratados, que se celebró en Nueva York, funcionarios de la ONU pidieron a aquellos estados miembros que aún NO han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño a hacerlo de forma inmediata, ya que es vital para proteger a la infancia contra el abuso y el maltrato.