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No son de recibo las dilaciones que se ponen para retirar las cuchillas que “adornan” las vallas fronterizas en Ceuta y Melilla, como tampoco lo es el insulto a la inteligencia y a la sensibilidad de las personas que nos hacen con comentarios tan frívolos como el del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, asegurando que las cuchillas colocadas en las barreras fronterizas no son agresivas, sino ¡disuasorias!
Como en otras numerosas decisiones de este Gobierno de nuestros pecados, no es cosa solo del señor ministro, sino del célebre departamento de “Si Cuela, Cuela”, que, como es notorio, está dotado de un sofisticado y frívolo sistema hidráulico de marcha atrás, por si vienen mal dadas.
Somos muchos los que esperamos que en esta denigrante cuestión el sistema de retroceso funcione de inmediato, retirando estos artefactos cortantes antes de que ocurran daños y desgracias, que no pararan a los inmigrantes y sí sacrificaran cruelmente, como reses en matadero, a muchos seres humanos.