Francisco Ponce Carrasco

Castillo de Peracense (Teruel) 2009

Mañana de cielo claro y sol martirizante propio del mes de agosto, en estas latitudes de calurosos días y refrescantes noches. Se alcanza por carretera comarcal y luego de algún ligero despiste por encontrar el acceso al Castillo Peracense, nos recibe una amplia explanada que te redime de otras vicisitudes, pues aparcar puedes.

Diversas formaciones rocosas de rodeno te acompañan en el último tramo del recorrido, mostrado bellas y caprichosas formas para imaginar figuras románticas o feroces o simplemente damas y caballeros del medioevo. La fortaleza de Peracense, en el término del mismo nombre, se encuentra suspendida sobre un elevado  peñasco de la sierra Menera, siendo su elevación sobre el nivel del mar de unos 1.370 metros y se encuentra a una distancia de Teruel aproximada de 50 kilómetros.

Puerta de entrada

La entrada al castillo es un estrecho portillo al borde del precipicio. Hay saeteras y subsisten bastantes almenas. Sólo queda la pared frontal de lo que fue la Torre del Homenaje.

Interior Castillo

Según información esgrimida por los historiadores entre los que se cuenta Cristóbal Guitart, ya existía en 1284 y fue utilizado por las tropas reales como punto de partida para la conquista de Albarracín.

Parte alta de la fortaleza

El fortín que existe en la actualidad, fue edificado hacia la primera mitad del siglo XIV para uso estrictamente militar. Esta emplazado junto al monte o peña de San Ginés. La edificación del castillo de Peracense, como la de otros que se encuentran en la zona se debió a la rivalidad medieval entre los reinos de Castilla y Aragón. Su misión era la de controlar uno de los posibles puntos de acceso por los que las tropas castellanas podían penetrar en Aragón en momentos de conflicto, y evitar así su llegada a todo el Valle del Jiloca y a localidades tan importantes como Santa Eulalia del Campo, Villafranca, Monreal del Campo o la propia ciudad de Teruel.

La fortaleza es de planta cuadrada irregular, se divide en tres recintos concéntricos y está situada sobre una escarpada peña, siendo inexpugnable por varios de sus flancos. El recinto interior es la plaza de armas, de unos 70 metros cuadrados muestra pasadizos y cuevas que debieron ser utilizados para almacenar víveres.

Atendiendo al plano turístico, la fortaleza cuenta con tres aljibes, mediano, pequeño y el principal, que mostramos a continuación. Es el más grande de los que había en el castillo se encuentra profundizado en el  suelo del patio de armas, forma un rectángulo de 3 metros de ancho por 5’30 de longitud su profundidad se estima en 4,5 metros y podía suministrar durante meses suficiente agua a la población. Dispone de muros de mampostería y se pueden apreciar tres arcos fajones y canales tallados en las rocas cercanas que llevarían el agua a su interior.

Aljibe principal

La magnificencia de sus rojas piedrasha sido restaurado hará una década – no distrae en absoluto la capacidad para introducirte en el imaginario universo de épocas bizarras. Esta restauración que fue acometida sobre el año 1990, no solo ha sido acertada sino oportuna, salvando un hermoso baluarte y fascinante entorno.

Al igual que sucede en otras localidades de sus alrededores tales como  Almohaja, también se han encontrado restos arqueológicos celtíberos y romanos, entre ellos algunas tumbas.

Museo

Dentro del recinto se ha instalado un pequeño museo donde se puede ver el suelo – a través de una protección de cristal – con las láminas de piedras de rodeno y se exhiben varios utensilios arqueológicos recogidos en las excavaciones.

Panoramica

Desde este bastión se puede disfrutar de una espectacular panorámica del pueblo y alrededores. Tanto la fortaleza como su entorno han sido acogido bajo la protección de, Patrimonio Histórico Español.