En la Navidad, como parte del mapa festivo en la mente de niños y mayores esta muy ligado, «Un día de circo».
El Wonderland es uno de los más prestigiosos, donde puedes rememorar tiempos pasados o hacer vivir a los niños tiempos de su presente –como probablemente hicieron con nosotros – con las magníficas atracciones de muy variado signo: bellos y cuidados animales, parodias de los payasos más geniales, trapecistas, acrobacias, números cómicos, coreografías de gran colorido , ejemplo el final …
Un espectáculo circense, es un todo, desde que entras parece que te trasportas a un mundo mágico donde se ponen a prueba los sentidos, luces de mil colores, un ir y venir de gente, los aromas, ¡ah! los aromas a palomitas de maíz, azúcar en grueso ovillo de algodón rosado, manzanas envueltas en caramelo y niños muchos niños y niñas, que de la manos de sus padres miran sin saber donde mirar.
La tarde que estuve presenciando la función, coincidió que acudieron entre otros, los alumnos de una acreditada escuela infantil de L’Eliana (Valencia) “La Lluna”, con más de 170 personas entre pequeños padres, abuelos y profesores del centro, que se desplazaron en autobús particular, un placer ver las gradas llenas y renacer el afecto por la esencia del circo.
El Wonderland tienen una tradición de más de 35 años, y al menos en las dos últimas décadas, siempre pasó estas fechas Navideñas y de Reyes en la capital del Turia, les gusta Valencia y a los valencianos su espectáculo.
Suelen estar hasta mediados de enero 2014 y no se pierdan alguna de sus funciones, merece la pena. ¡Lo recomiendo!
Una vez más, un año más, tenemos la inmensa satisfacción de saludar al gran amigo Javier Turiel, conocido actor de televisión, que ejerce durante el tiempo que dispone, entre otras actividades, como relaciones públicas y maestro de ceremonias en pista, del circo Wonderland, donde se le aprecia al igual que el público valenciano le recuerda y profesa una gran admiración.
Tarde-noche inmersos bajo el glamour de la carpa, donde habita el ‘duende’ del circo, que siempre nos mostrara una exhibición viva, cambiante y bella a su vez.