Llegaba de encerrar el ganado triste y con mal cuerpo, como un farol apagado, olía a estiércol, a una mezcla de tomillo molido y melaza de charcos.
Entró en la taberna. Un solo vaso de vino, se dijo…se acabó la primera botella, luego la segunda…Le sacaron borracho.
Tumbado en la acera de la calle apenas veía al frente su casa, en las ventanas macetas moviéndose, las flores le parecían papelitos de colores, en el tendedero espantapájaros se imaginaba a los calcetines, camisas y pantalones, todo oscilaba en su entorno. Él estaba pálido y quieto.
Ilustración, del autor.