La presentación de su Fallera Mayor, siempre alcanzó una prioridad máxima, saben darle los honores y la cortesía suficiente, para qué ser fallera mayor de esta falla, sea como vivir un encantamiento que ya nunca se olvida.
Manolo Navarro (coreógrafo) montó este año para homenajear a Elena Romero Villanueva, un espectáculo mixto, fuera y dentro del recinto, como viene siendo práctica en los últimos años.
Tras el recibimiento en los jardines por parte de su corte de honor, falleros y público, mucho público, como siempre, pudimos disfrutar de un castillo de fuegos artificiales, que en el incipiente adormecer nocturno, puso la magia de la luz, colorido, imaginación y pleitesía, en clave de exaltación a la reina fallera, iluminando la bóveda celeste por encima de las altas palmeras.
Elena Romero, siempre bajo la mirada atenta y acompañada del presidente Sento Balaguer, pasamos al recinto interior, que fue de agradecer, pues hacía un poco de ‘rasca’ al aire libre, que al ser libre, soplaba sin recato, lógico en el mes de febrero es invierno, por mucho que en nuestra Valencia el clima sea bonancible.
Se representaron diferentes cuadros, que repasaban la adolescencia y la juventud de Elena, relativas a sus estudios y aficiones. Se utilizó a un narrador que iba argumentando el significado de los cuadros de gran belleza que toda la comisión interpretaba sobre el escenario principal y, uno lateral que hacía de apoyo, además de que entre el público aparecían falleros y falleras, en una realización interactiva de excelente plasticidad.
Cuando llegó la parte más solemne, como no podía ser de otra manera, en idioma valenciano, se cantaron los meritos de Elena, que la habían hecho acreedora a tan alta jerarquía de esta falla “Lo Rat Penat”, y que con toda seguridad representará con acierto y honestidad, además esta comisión a más de su acierto – cada ejercicio – tiene la inmensa suerte de tener donde elegir y acertar, por cuanto sus falleras mayores sobresalen y marcan un elevado hito en su reinado.
El presente ejercicio abre una expectativa más, como es ver el monumento fallero, que por primera vez realiza uno de los más grandes maestro artista fallero como Pedro Santaeulalia.
Todo salió a pedir de boca y digo ‘boca’, por cuanto luego del evento, casi todos se quedaron a cenar y quiero pensar que trabajaron con las mandíbulas.
Lo de admirar es que está todo tan programado y medido, que no dejan margen al error. Felicidades un año más, que lo disfrutéis, que trabajado lo habéis.