Francisco Ponce Carrasco

Jesús Duque los sueños también se cumplen – “El Ventanuco”

El Ventanuco de Ponce (Escritor)

JESÚS DUQUE: Vuelta al ruedo, dos orejas y salida a hombros en ‘loor de multitud’

 18 de marzo 2014

Un cartel de fantasía reunía a dos grandes de la tauromaquia. Los maestros Enrique Ponce, ‘El Juli’ y a un torero en su gran día de la ‘ALTERNATIVA’ Jesús Duque, que estuvo a la misma altura en temple y éxito.

Pero casi siempre para que un sueño se convierta en realidad, detrás está el trabajo, la dedicación, la voluntad y las muchas ganas no exentas de sacrificio, y si además se complementa con el arte, valentía y elegancia, pues eso, Jesús Duque tuvo una tarde de las que nunca olvidará, ni olvidaremos.

Le conocí (profesional y personalmente) y le seguí en su última fase de novillero y estaba muy preparado, un torero hecho, que a partir de ahora veremos en la élite de los éxitos por cuanto alcanzará cimas muy altas, si mantiene su humildad, saber estar y es como es, sencillo en la calle artista en los ruedos.

En su primero recibió los consejos y palabras de aliento de su ‘padrino’ en la alternativa: Enrique Ponce, también el ánimo de “El Juli” su ‘testigo’”.

El toro mostró casta pero falto de ‘gasolina’, le toreó de capa, algo que gusta y que cada vez se ve menos y él lo hace de forma exquisita, con la muleta le sacó lo que pudo mientras las fuerzas del astado se lo permitió, mató de una estocada suficiente.

Petición de una oreja fuerte del público, que la presidencia no concedió, dio una vuelta al ruedo entre fuertes aplausos.

Con la cogida de Enrique Ponce se alteró el turno de la lidia y el que le correspondió a Jesus Duque fue el quinto de la tarde. El de Requena se marcho tranquilo a recibirlo a la puerta de chiqueros que puso emoción en los tendidos. El de Victoriano fue noble y de embestida prolongada.

Un punto menos de velocidad habría sido más deseable. La bravura del toro, de incansable embestida, provocó que el público pidiera tibiamente el indulto. No se puso nervioso Duque, y cobró una buena estocada, casi al encuentro, que le valió las dos orejas.

La emoción de Jesús Duque entre barreras era enorme: “No tengo palabras. En estos momentos me acuerdo de mi familia sobre todo. Este triunfo es para ellos. Va por mi padre, mi madre y mi hermano. Ellos son los me han apoyado desde el principio y siempre han confiado en mí, para bien o para mal. Me ha costado mucho llegar hasta aquí pero al final ha sido una tarde soñada, casi redonda. Y si no lo ha sido del todo ha sido por la cogida del maestro Ponce, que espero que esté bien y se recupere lo antes posible”, expresaba entre lágrimas.

Los dos maestros alcanzaron la gloria de salir por la puerta grande, el destino se lo impidió a Enrique Ponce.