Desde hace bastante tiempo, – al decir de unas vecinas de unos cincuenta años que me afirmaban que lo conocían desde pequeñas – se celebra en Santa Eulalia del Campo (Teruel), un mercado generalista con puestos ambulantes, en la zona que se conoce popularmente como ‘El barrio verde’.
Supone para la población un día diferente que rompe la habitual monotonía, pues se acude para encontrar frutas frescas, ropas, calzado de todo tipo, utensilio del hogar, flores y un sin fin de artículos y cachivaches que se ofrecen.
Este mercado aglutina a las gentes de los pueblos más próximos que acuden a él con el mismo fin que los autóctonos de Santa Eulalia.
Sirve asimismo como punto de encuentro entre vecinos y familias, que al tiempo que compran se comunican las mejores ofertas que encontraron en los diferentes puestos ese día, con lo que se practica una labor de información, proximidad y saludo.
Todo cuanto gira en esas mañanas de viernes, en esta localidad, tiene un ‘saborcillo’ especial que salvando la mucha distancia en el tiempo, los que no tenemos practica en frecuentar estos lugares, nos cobijamos en la fantasía idílica de asimilar en tierras de Aragón, ancestrales mercados del Medievo.