Localidad donde descansa el genio de la imaginación y lo castizo. Pintada por eminentes artistas y alabada por escritores de renombre, su historia se remonta a través de los siglos, que fácilmente se percibe en las angostas calles de empinada cuesta.
Los orígenes de Líétor según los historiadores datan del dominio islámico de Ál-Ándalus, probablemente hacia la mitad del siglo X. Los utensilios hallados en la cueva conocida como “Los Infiernos”, próxima a la población, se han descrito como procedentes de los siglos X y XI, etapa de ocupación musulmana en la que la población formaba parte de la frontera con dominios cristianos.
Un pájaro revolotea feliz en su jaula – antaño era frecuente ver ‘perdices de reclamo’ – y abre calle, que estrecha discurre hacia otra, formando un laberinto por donde caminar pausado, observando en gustoso solaz un pasado que se adivina, mientras te impregnas con fragancias a pueblo.
La localidad de Liétor corresponde a la provincia de Albacete que a su vez pertenece a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha (España) y está afecta al partido judicial de Hellin. Cuenta en la actualidad con una población relativamente estable, próxima a los 1.550 habitantes. En verano y con mayor significado en las fiestas patronales, la metrópoli crece de forma intensa y casi se duplica.
Tiene una superficie que supera los 2000 Km2 y una hermosa vega que atraviesa el río Mundo, regando una huerta todavía de interés, por la calidad de su producción en hortalizas y frutas – los higos tienen ‘usía’ – en su mayoría suele ser cultivo artesanal que se realiza en laderas, terrazas y bancales. Los parajes que envuelven esta superficie son de exultante encanto en cualquier estación del año.
Un antiguo lavadero remodelado y habilitado para actos culturales y lúdicos, asocia el pasado con el presente en perfecta sintonía, antaño lugar de ‘lavado’ y conversación por parte de las lugareñas hoy admiración del visitante.
Liétor es un monumento por si mismo, en cualquier recodo asoman lugares emblemáticos como el Convento de los Carmelitas, pero eso será motivo de un nuevo artículo, donde glosaremos todo su actual esplendor que los letuarios, saben, junto a sus instituciones municipales conservar y potenciar.