Francisco Ponce Carrasco

El dedo de acusar – El Ventanuco

Quien con el índice de la mano apunta y acusa, quizá no han reparado que al hacerlo, debajo de su dedo tienen otros tres que a él le señalan.

Hagamos el gesto y advertiremos, con  espanto, que mientras señalamos con el dedo índice y levantamos el pulgar a modo de percutor, aparece el dedo corazón, anular y meñique que  a nosotros nos remiten la acusación.

El dedo de acusar – El Ventanuco


Esto es una simple observación pero cuanta verdad puede encerrar. Somos proclives a señalar culpables y no reparamos en nuestras propias acciones.

Pensemos que la mano en actitud acusadora puede  revertirse y abrirse para estrechar otras que unidas formaran una cadena solidaria y libre, ayudando así a conseguir mucha más comprensión en la convivencia.