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Actitud violenta del todo punto inamisible, máxime cuando desde la Unión Europea se nos incita, obliga más bien, a ser competitivos en lo que producimos a base de sacrificios de las pequeñas empresas y salarios bajos.
Tradicionalmente si en algo hemos sido competitivos ha sido en la agricultura, un sector acostumbrado a luchar con dificultades entre los costes de producción y venta.
Ante las reclamaciones de las asociaciones agrarias se nos responde: que son < hechos aislados >. Supuestamente han sido seis camiones, sí es poco, esperemos a mayores provocaciones.
Ciertamente curioso si se tiene en cuenta que la UE tiene libre comercio de mercancías y personas entre sus fronteras internas.
¿Qué hacen nuestras autoridades? Presuntamente miran hacia otro lado, es lo cómodo.