Ciudad monumental es Florencia, a pesar de conocerla, uno no se cansa de admirarla tantas veces como la oportunidad se presenta.
Es ciertamente portentosa la sensación que se percibe – similar a la de estar dentro de una ‘bombonera’ – cuando te encuentras de frente con la impresionante ‘Piazza del Duomo’ (Catedral Santa Maria del Fiore) y su conjunto que en reducido espacio de terreno acumula tanta belleza.
El ‘Cupolone’ de exultante y rojiza cúpula, con la torre-campana de la catedral, conocida como el ‘Campanile di Giotto’, es el atractivo máximo para el visitante.
Giotto, el famoso pintor y arquitecto diseñó la torre, aunque al morir en 1337 solamente la parte más baja se había realizado, posteriormente los trabajos fueron continuados por Andrea Pisano y Francesco Talenti consecutivamente, siendo este último quien finalizó la estructura.
Uno de los momentos más felices para los amantes del arte, en general, y las damas en particular, es verse bajo de uno de los iconos universales de belleza. Hablamos del David de Miguel Ángel, genio de la escultura renacentista.
La escultura representa al David bíblico a punto de enfrentarse a Goliat. Mide un poco más de 5 metros de alto y está considerado como el objeto más bello creado por el hombre. Los especialistas afirman que esta escultura es perfecta en el sentido de las proporciones ideales del hombre. Hay que reparar con atención en la tensión de la musculatura, propia del momento previo a la lucha y en las venas hinchadas que se notan en el blanco mármol de Carrara.
Otro atractivo, más lúdico, lo compone la tradición-petición sobre la Fontana de Porcellino, que se encuentra bajo la cubierta del ‘Mercato Nuovo’. Esta obra, esculpida en bronce, fue realizada por Pietro Tacca y se ha convertido en un amuleto que representa a un simpático jabalí de cuya boca fluye agua. Su hocico brilla por el constante ‘manoseo’ ocasionado por centenares de turistas, que formando colas, frotan (frotamos) su morro para conseguir su pequeña parcela de buena fortuna, a la vez que te asegura poder volver a la ciudad de los Medici en ocasiones venideras, aunque solo sean 4 días, merece la pena visitarla siempre.