Bajo la cabecera del escritor Francisco Ponce,
se publica este artículo en el periódico 20minutos,
el jueves 17-12-09
Caducas, de los árboles se desprenden las hojas y del calendario, once ya arrancadas, dejan paso a diciembre.
Paseando por Valencia, alcanzo la plaza de la Virgen, tarde consumida, con resplandor de luces cálidas y risueñas en fechas próximas a la Navidad, tomo asiento en una terraza para ver desfilar la vida.
Se han retirado las palomas a sus foscos cobijos, aparece un desvalido indigente de rostro ajado y mugrienta ropa, que se acerca con la palma de la mano extendida… y pide.
Adolescentes con monopatines garabatean, corren y derrapan por el deslizante piso de la plaza. Algunas personas se concentran en la “Fuente de las Acequias” y un ciudadano pasea a su perro seguido por la mirada distraída de otros dos canes.
Comienza a refrescar, en la piel se acentúa un sutil y enflaquecido cosquilleo que estimula y eriza el vello, aparece la noche, desaparece el gentío. En algún rincón oscuro, como cobijo de palomas, se ampara el indigente mientras cuenta algunas monedas…pocas.