En el regio entorno del casco antiguo de Cerler (Huesca) se encuentra «La Picada», un lugar típico para el buen comer. Su nombre seduce por lo alusivo. Es un restaurante familiar que Juantxo Garrido con Ana su esposa y la ayuda de un empleado, atienden con acierto y esmero.
El pórtico ya invita a pensar en un ambiente rural y afable. Su carta se compone de platos de los que se conocen como ‘caseros’, en la que no falta la buena carne que en la zona se produce, y que a la brasa representa una de las opciones más demandadas. Las setas que el propio Juantxo escoge – en temporada – son una garantía de calidad, puesto que es un entendido en la materia.
Los caracoles a la ‘llauna’, una exquisitez para el paladar más exigente, que merece la pena degustar acompañado de un buen vino tinto.
Saben distinguirte con un trato amigable y respetuoso a la vez. Son acogedores y te ofrecen su establecimiento y la mano con amistad sincera. ¡Un lugar para tener en cuenta y volver!