Verán, somos un grupo de gotas de agua que vivimos en un copo de nieve y con otros, muchos formamos las nevadas. Ahora estamos lejos en lugares más fríos preparándonos para emigrar hacia los pirineos en cuanto bajen las temperaturas.
Todavía no sabemos muy bien el destino que nos asignarán pero seguro que será un lugar extenso y verde, plácido y tranquilo, que vive esperando – cual novia impaciente – vestirse de blanco.
Empezó el frío y hoy hemos recibido las notificaciones de destino. Nos han enviado a Cerler. Un bello pueblecito del Pirineo Aragonés, muy próximo a Benasque en la provincia de Huesca, de parajes magníficos y con una estación invernal para esquiar. Dicen que somos afortunados por cuanto en este lugar la gente es muy atenta y amigable, los niños hacen bolas con la nieve, juegan y se ríen, son muy felices cuando llegamos.
Una de nuestras misiones es cubrir de blanco los prados, que verdes en verano, están llenos de ganado y dar animación a la estación de esquiar donde mucha gente acude a deslizarse por la superficie de la nieve.
Nos han informado que parajes con esbeltos árboles, ahora cubiertos de ocres, están esperando que nos posemos sobre ellos y un río que se llama Esera, con gruesas piedras en su lecho, discurre cantarín, por veredas de fantasía.
Vale…vale, nos están metiendo prisa – las ocupantes de otros copos – para que salgamos ya de viaje hacia aquellas tierras donde nos alojaremos todo el invierno. Mis hermanas las gotas de agua, también se encuentran impacientes y creo que debemos subirnos con rapidez a las rachas de viento que nos trasladarán desde las nubes a las colinas, arboleda y tejados…nos vemos en la próxima fotografía.
¡Ah!…se me olvidaba invitarles para que acudan a visitarnos, Ya estamos en Cerler, deseando permanecer juntos y vivir aventuras de amor y nieve.