Los artistas que trabajan en el circo Wonderland creen en los sueños y por ello sienten la necesidad de transmitir su mensaje a los más pequeños y por extensión a los mayores con alma infantil
En su mundo, la realidad y la fantasía se mezclan indistintamente creando un cúmulo de sensaciones y reacciones que logran cautivar a los más fieles partidarios de la sonrisa, un universo prodigioso donde reír es objetivo primordial, donde sentirse feliz es un hecho real, donde soñar está permitido, donde los piratas y trapecistas se esfuerzan por conseguir la expresión más dulce de un niño: su carita de sorpresa.
Se trata de un ambiente impregnado de un espíritu feliz. Fantasía, sueños, emoción, ternura y expresividad, calificativos que definen a la perfección el espectacular cosmos del circo.
Cada año acompaño a los niños y mayores de la Escuela Infantil la <<LA LLUNA>> de L’Eliana, que programa su visita a este especial circo donde se sienten confortablemente acogidos y felizmente cuidados.
Coincidí con unas jóvenes reporteras que me entrevistaron antes del comienzo y al preguntarme: ¿Qué le induce a acudir al circo? mí respuesta fue:
“Durante varios años mi parte responsable, regala a mi otra partes de alma de niño, esta oportunidad de reencontrarme con años pretéritos, donde solía comer palomitas, algodón dulce, y disfrutar de emociones y risas, a la vez que confraternizar con los payasos a quien respeto y admiro”.
El Circo Wonderland tiene amplia tradición y se renueva todos los años al acudir a Valencia, donde es asiduo por Navidad – siete años consecutivos – y por una larga temporada, (del 28 de noviembre 2014 al 18 de enero 2015), en esta oportunidad.
Su maestro en pista es un conocido actor de TV. y amigo, Javier Turiel, quien siempre trata a todo el mundo con una atenta y cercana sonrisa.
Los números de acrobacia y coreografía son exquisitos, sorprenden la maestría de los pequeños caballos, los tigres y elefantes ponen emoción y exotismos, los payasos tienen gracia y oficio, así como cuanto transita por esta gran pista es de admirar y agradecer, pues todos ponen el alma en cada actuación, y eso se transmite.
No se lo pierdan merece la pena para niños y mayores, hasta 110 años.
NOTA: Atendiendo la norma sobre proteccion al menor, no se ponen imágenes de niños/niñas.