La belleza del mundo submarino es tan enorme, como desconocida, todavía es inimaginable lo que puede hallarse en nuestros océanos a pesar de lo mucho que se tiene investigado.
Ínfimos detalles llenos de grandeza nos hacen ver lo pequeños somos. Una diversidad de seres vivos forman paisajes marinos con alto voltaje de belleza. Cientos de especies. Vida, colores… una preciosidad. Sorprendente admirar la fuerza de la vida en estado puro.
“Ya sólo el paisaje submarino merece la pena, pero es que además vimos morenas, pulpos, meros, barracudas, sargos, doradas, gambas, langosta… una maravilla” nos cuenta un apasionado submarinista.
Sin embargo este bien tan preciado no siempre se cuida y respeta, bueno sera pues, que se cuente y denuncie también lo oscuro de algunos comportamientos o practicas del ser humano.
“He visto praderas enteras de poseidonia arrasadas por la ‘pesca de arrastre’. Sólo los que hemos visto el antes y el después nos podemos hacer una idea de cómo queda el fondo del mar cuando sufre el ataque de estas redes. No queda ¡nada!, absolutamente nada. Ni un alga, ni una piedra, ni un solo ser vivo. Desolación turbia, en un fondo completamente muerto».