En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre… es bueno acordarse…
Para poder disfrutar con sus esplendidos paisajes; tierras de intenso color teja, campos extensos de cebadas y trigos, donde esparcidas emergen las amapolas con sus grandes pétalos rojos cual mariposas suspendidas de un frágil tallo, compitiendo con las doradas espigas mecidas al suave viento.
Sobre el inmaculado cielo azul, azul cielo, se alzan majestuosos los molinos de viento de la época ‘cervantina’, indicando ¡estamos aquí!, somos la portentosa imagen de las tierras Manchegas. Don Quijote, Sancho Panza, Dulcinea del Toboso… y todos los personajes de tan leída obra literaria flotan en el ambiente, para rememorar sus hazañas y acudir prestos al recuerdo de los amantes de proezas caballerescas que eleva el espíritu y nos traslada a la gloriosa época de hidalgos y princesas.
<<Voto a Dios que me espanta esta grandeza y que diera un doblón por describilla: porque ¿a quién no sorprende y maravilla esta máquina insigne, esta riqueza?>>
Comentaba el <<nuevo>> Quijote a su fiel Sancho Panza, ambos a bordo del potente coche todo terreno, que el nombre de ‘Rocinante’ le habían puesto.
<<He oído decir que esta que llaman por ahi ‘modernidad’ es cosa borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, así pues no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza, ni en donde se aposenta.>>
De frente se topó con aquellos nuevos gigantes de acero, puso pie en tierra, alargo su brazo y señalando con el dedo dijo:
<<Oh memoria, enemiga mortal de mi descanso>>
<<Es tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua>>
Hizo un gesto de reflexión y quitándose el casco se desabrocho la chaquetilla de cuero con remaches plateados, que como armadura portaba.
<<Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué, de deleite consigo: que el de la envidia no trae sino disgustos, rencores y rabias>>.
Nada podía hacer en contra de la ‘modernidad’ los molinos para la energía eólica representaban el futuro, resignado, se dirigió a su fiel amigo Sancho:
<<Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres; pero si los hombres las sienten mucho, se vuelven bestias>>.
<<No huye el que se retira, ni el retirar es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza >>.
Subió a su ‘Rocinante’ de cuatro ruedas y recia plancha. Marcharon…que contra los nuevos tiempos, guste o no, ni siquiera el hidalgo Don Quijote, curtido en mil batallas, nada puede remediar.