Mi amigo y gran profesional, avezado en estas enseñanzas me pide: “A ver si rebuscas entre el baúl de los recuerdos y vuelves a regalarnos el artículo «¿Amo o empresario?» porque sigue siendo igual de actual. Yo que voy día a día visitando empresas, lo avalo al 100%. ¡¡Un abrazo!!”

Como mi intención es complacer lo hago con sumo gusto, añadiendo que estas coordenadas – coincidiendo con él – son de antiguo, de cuando se público y de la actualidad. Quizá el ser humano es la ‘maquina’ que más le cuesta evolucionar.

¿Amo o empresario? – 20minutos

El Abrelatas, una de las cabeceras del escritor Francisco Ponce para la prensa, asoma con este título en 20minutos, periódico de amplia difusión el jueves 25-06-09.

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¿Dónde está la diferencia? El ‘amo’ da órdenes, sin tomar en consideración las sugerencias de los subordinados, que deben decir a todo ¡sí señor! Él, jamás se equivoca, pero claro, en este contexto, cuando algo falla, no es su idea, si no la ineptitud de los demás para realizarla.

Por otro lado, el <<empresario>> ejerce su mando a través del liderazgo, considera que el nivel jerárquico es un reflejo de autoridad moral y ésta fruto de los valores profesionales que los empleados le reconocen. Los asuntos son consensuados.

Según afirmo Don José Ortega, «El mando debe ser un anexo de la ejemplaridad». Los empleados que confían en la capacidad de su dirección son mucho más eficaces y su trabajo más gratificante. Las tendencias actuales apuntan en este sentido, quienes lo están poniendo en práctica logran excelentes resultados. Para conseguirlo no se requiere ninguna inversión, tan sólo una actitud.

La cultura del liderazgo empieza por uno mismo, es decir, por la propia dirección…Quizá, ése es el reto.