Como se tenía anunciado, se está procediendo al traslado de las cinco palmeras que persistían en la fachada principal del Ayuntamiento de Valencia a diferentes destinos.
Esta decisión se tomó como medida de precaución para evitar su posible desplome, dada su altura y presumible poca raíz en su base, lo que originó la caída de una sexta hace un tiempo.
En su lugar se plantarán seis naranjos (aseguran que frondosos), para adornar la entrada del edificio y poner colorido y representación del fruto de la tierra.
Esperemos que el resultado final merezca la pena, también desde el punto de vista estético, y se dedique un especial cuidado y aseo a los mismos.