Las fiestas en honor a San Vicente se celebran en toda la Comunidad Valenciana, aunque popularmente se les denomina también con el nombre de ‘segundo lunes de Pascua’, prolongando de este modo las fiestas religiosas tradicionales de la Resurrección de Cristo. El origen se vincula a la canonización del santo en torno al siglo IV, aunque las fiestas realizadas en su honor comenzaron, según algunos historiadores, cerca de 1594. Como es costumbre en este tipo de celebraciones religiosas la imagen del Santo, patrón de Valencia, recorre las calles de la ciudad acompañada en procesión.
La ciudad se prepara para vivir su festividad con innumerables actos entre los que tiene importancia relevante una gran misa en honor al Santo con ofrendas de adornos florales en la casa donde nació, la cual se convirtió luego en la capilla de San Vicente y en donde se encuentra ‘El Pouet de Sant Vicent’ del que se da de beber a los niños “para que hablen pronto, no padezcan de anginas, no juren en falso ni sean blasfemos”.
Muchos testigos declararon en el proceso que, hablando Vicente Ferrer en valenciano, ellos le entendían perfectamente en su lengua nativa, por lo que se consideró que poseía el “Don de lenguas”.