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Es posible que abordar este tema me origine antipatías, ¡qué le vamos a hacer! Para dejarlo claro, diré que no me gustan los tatuajes, en especial los que cubren coloristas gran superficie del cuerpo.
Algunos psicólogos sostienen que, en la mayoría de los casos, tatuarse consiste en querer reafirmar una notoriedad y/o personalidad de la que se escasea. Parece que los futbolistas de élite lo están poniendo de moda. Lo peligroso en este supuesto es que les seguirán jóvenes, por mimetismo, y que luego pueden arrepentirse o perjudicar su futuro, con difícil posibilidad de quitárselo.
Cada cual es muy libre de hacer con su cuerpo cuantas lindezas quiera, pero como todo es opinable, pues eso opino.
Quizá es solo mi criterio o quizá, también, el de otros muchos. Quién lo sabe.