De claro al oscuro, luego oscuro intenso, lluvia, fuerte aire racheado, las copas de los pinos, chopos, jacarandas, palmeras… inclinando su majestuosidad, impotentes y desvalidas, ante la furia inclemente de los elementos… bocanadas de agua en tromba, que el viento escupe y golpeaba sobre los ventanales que dan al jardín, caos, truenos y el viento sigue humillando con su poderío. Algunas ramas se quiebran y las sombrillas vuelan.
Ahora surge de nuevo un resplandor tímido, en ese preámbulo del día que precede a la noche, y que ha sido violentamente profanado.
Puede que el calor se atenúe… pero la cara bronca de los elementos atmosféricos quiso mostrarnos su rebeldía.