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En ocasiones se acude a la tertulia con un bocata de tortilla de patatas, alguien saca una mesa plegable y hasta alguna mecedora de rancia rejilla para los más ancianos, siempre dispuestos a evocar las noches de sus mocedades. Las cuentan una y otra vez, quizá con voz quebrada, llena de emocionada nostalgia.
Sí, amigos, todavía es posibles encontrar estas sensaciones a poco que apaguemos el televisor y los teléfonos móviles, y nos aislemos de guerras, raptos, corrupciones y otras lindezas que en la actualidad nos agobian.
Ya vendrá el mes de septiembre para regresar inmisericorde a la espiral de los despropósitos.