En realidad son dos cosas diferentes pero quizá no tanto, verán:
En política, de cuando en cuando, se produce el efecto <<ascensor>> de partidos y sus miembros. Con avidez, asumen a toda prisa cargos y si el cargo no existe se inventa.
Luego al del sillón a quien se le supone méritos suficientes para desempeñar su cometido, que debe haber acreditado con algo más que su filiación al partido, se le otorga la facultad de buscarse y nombrar asesores, con sueldos interesantes, y le aparecen amigos y compañeros sincrónicos de partido o afines,
La red de clientelismo-favoritismo está «trenzada»
Lo cierto es que el mundo de los asesores es muy extenso y forman una maraña de individuos ‘chupópteros’ dispuestos a fomentar más el ¡Sí Señor! que la opinión provechosa, para mantener su continuidad.
Si consultan la RAE, comprobaran que ambas palabras tienen distinto significado, pero los políticos con sus pactos y chanchullos las igualan en su conveniencia