El relato breve, está alcanzando en nuestra sociedad actual el «estatus» de primordial
Esto es debido a sus múltiples particularidades, hasta el punto que podríamos considerarlo, dentro de poco, el género literario del siglo XXI.
Se trata de un estilo conciso y contundente que cause sorpresa en un lector poco habituado a leer. La excusa o realidad es que las obligaciones sociales y familiares impiden que el ciudadano dedique horas a la lectura. He aquí una de las bondades del “microrrelato”, requiere a lo sumo 4 o 5 minutos de atención y se puede leer en el metro, en la cola del banco, esperando el autobús…
Sus múltiples significaciones son como los aromas de un perfume, hay que tener buen olfato para detectarlos e
Un género que permite explorar formas narrativas, es decir, le consiente al escritor experimentar con formulas nuevas de contar la historia, pero al mismo tiempo, demanda un lector inteligente, con cultura general, proclive al buen humor y la creatividad, ya que los argumentos suelen ser de tono apócrifo, perspicaz, sarcástico e intuitivo.
Fueron precursores Ramón Gómez de la Serna, con sus greguerías de apenas una línea, Rubén Darío, Vicente Huidobro, el mexicano Julio Torri y el argentino Leopoldo Lugones, si bien el más conocido es Augusto Monterroso.
Los ‘microrrelatos’ desprenden una sustancia fascinante, apuñalante, mordisqueante y alucinante…, ¡como poco!