Este gran escritor y poeta, tiene un valor añadido, que es fiel amigo de sus amigos y siempre que se le solicita para un acto, conferencia o simplemente tomar un café, acude con buen talante, positivo y animoso.
El pasado día martes 19 de abril 2016 tuve el placer de acudir a una charla-coloquio-entrevista-recital, que de todo hubo, en la sala Sorolla del Ateneo Mercantil de Valencia. En la mesa, bien surtida de talento, estuvo el mencionado Pedro J., acompañado de Vicente Barbera, punzante entrevistador, y en representación de la entidad Vicente Bosch, quien inició la palabra para presentar el evento.
Vicente Barberá propuso un minuto de silencio, por las víctimas del terremoto de Ecuador, que el mucho público puesto en pie, guardó fraternalmente.
Luego presentó a Pedro J. de la Peña de quien resaltó su trayectoria docente y su infatigable afición a viajar, lo que ha fecundado en la actualidad en un escritor consumado en narrativa, poesía y ensayo. Tras enumerar su extensa obra, destaca su libro “La zarza de Moisés”, un compendio de parte de su obra poética.
Ante una pregunta del entrevistador sobre el porcentaje que debe tener la poesía de inspiración, imaginación y sensibilidad, Pedro J. de la Peña dijo: << entiendo que a partes iguales, pues una cosa complementa la otra>>
Se proyectó una ilustración vídeo-gráfica del poema “Horquillas”, toda montada y recitada por Virgilio Fuero, donde me satisfizo el que en dos imágenes estuviera yo junto al maestro.
Los integrantes del “Limonero de homero” y otros poetas presentes en la sala, recitaron algún pasaje de la obra del escritor y poeta invitado.
Durante su aportación a la charla, Pedro J. de la Peña confesó su amor por los caballos, fruto del cual tiene varios libros de poemas dedicados a este bello animal que han sido traducidos a diferentes idiomas y prometió leernos algo antes de terminar y a así lo cumplió, por demanda de los presentes, dejándonos una vez más ‘encandilados’, con sus poemas y forma de recitarlos.
Al finalizar y tras las felicitaciones a organizadores y al conferenciante, tuvimos la habitual oportunidad de saludar a antiguos amigos y de hacer nuevos, lo que siempre es altamente gratificante.