No voy a entrar en batallas dialécticas sobre el fumador activo y el pasivo, tampoco sobre la voluntad de si se puede dejar o no, y menos en la sacrosanta decisión personal de cada uno, muy libre de sus actos
Sin embargo con que alguien lúcido, uno al menos, sea capaz, leyéndome, de dejar esta práctica tendrá sentido el presente artículo.
El 31 de mayo se ‘magnifica’ el “Día Mundial Sin Tabaco” la fecha tiene como objetivo concienciar sobre los riesgos de fumar y así reducir el consumo. Las cifras sobre lo que el tabaquismo y sus consecuencias generan son alarmantes y, aunque aumenta el costo de los cigarrillos, no desciende el número de fumadores.
Según un estudio de la OMS, en el mundo hay 1300 millones de fumadores y a diario 100 mil adolescentes comienzan a fumar. Además, según el ministerio de Salud de la Nación: <<Casi mil millones de hombres fuman en el mundo y aproximadamente 250 millones de mujeres lo hacen a diario>>.
La ‘pose’ y la práctica de intercambiar cigarrillos está obsoleta, y ha dejado de ser una norma social coma hace 30 años, ahora el fumar se lo costea cada uno y es sencillamente porque quiere.
Intentar dejarlo exige tenacidad, reto consigo mismo y puede ser una aventura, pero como dijo alguien y a falta de autoría conocida diré que es un proverbio ‘chino’, que al parecer se les cuelga casi todos: << Prometer imposibles y fumar, son dos cosas que consisten en lanzar al aire nubecillas de humo>>