Para captar a un potencial cliente en los múltiples servicios que ofrecen las actuales y variadas compañías de telefonía, todo son facilidades: ofertas, fusiones, paquetes especiales y hasta gestionarte el propio cambio o portabilidad.
Si lo que pretendes es darte de baja, sin que te ligue a ellas ninguna permanencia, por cualquier circunstancia, incluso dentro de la misma compañía por un servicio que cambiaste por otro, los impedimentos son extremos, llegando a tener que pronunciar tus datos e identificación de viva voz y que los graben en una conversación, en la que debes declarar además tu deseo implícito, manifiesto y argumentado. Luego toca esperar a que se cumpla la petición.
Mientras tú estás confiado, o simplemente despistado, te cargan recibos del servicio, a través de tu cuenta de domiciliación bancaria. Y así colando y colando, las empresas de telefonía hacen un negocio paralelo. Doy fe de casos muy próximos: el mío.